CRECIMIENTO ECONÓMICO
A grandes rasgos, el crecimiento económico se
refiere al incremento de ciertos indicadores, como la producción de bienes y
servicios, el mayor consumo de energía, el ahorro, la inversión, una balanza
comercial favorable, el aumento de consumo de calorías por cápita, etc. El
mejoramiento de estos indicadores debería llevar teóricamente a un alza en los
estándares de vida de la población.
Habitualmente el crecimiento económico se mide
en porcentaje de aumento del Producto Interno Bruto real o PIB; y se asocia a
la productividad. El crecimiento económico así definido se ha considerado
(históricamente) deseable, porque guarda una cierta relación con la cantidad de
bienes materiales disponibles y por ende una cierta mejora del nivel de vida de
las personas; sin embargo, algunos autores han señalado que el crecimiento
económico puede ir acompañado de externalidades negativas, ya que dado que mide
el aumento del valor de los bienes que produce una economía, evidentemente
también está relacionado con lo que se consume o, en otras palabras, gasta. La
causa por la que según este razonamiento el crecimiento económico puede no ser
realmente deseable, es que no todo lo que se gasta es renovable, como muchas
materias primas o muchas reservas geológicas (carbón, petróleo, gas, etc).
En la percepción común, en nuestra sociedad,
el crecimiento económico es, digámoslo así, una bendición. Lo que se nos viene
a decir es que allí dónde hay crecimiento económico, hay cohesión social,
servicios públicos razonablemente solventes, el desempleo no gana terreno, y la
desigualdad tampoco es grande. Creo que estamos en la obligación de discutir
hipercríticamente todas éstas. ¿Por qué? En primer lugar, el crecimiento
económico no genera - o no genera necesariamente - cohesión social. Al fin y al
cabo, éste es uno de los argumentos centrales esgrimidos por los críticos de la
globalización capitalista. ¿Alguien piensa que en China hay hoy más cohesión
social que hace 15 años? El crecimiento económico genera, en segundo lugar,
agresiones medioambientales que en muchos casos son, literalmente,
irreversibles. El crecimiento económico, en tercer término, provoca el
agotamiento de los recursos que no van a estar a disposición de las
generaciones venideras. En cuarto y último lugar, el crecimiento económico
facilita el asentamiento de lo que más de uno ha llamado, el "modo de vida
esclavo"; que nos hace pensar que seremos más felices cuantas más horas
trabajemos, más dinero ganemos, y sobre todo, más bienes acertemos a consumir.
Por detrás de todas estas aberraciones, creo
que hay 3 reglas de juego que lo impregnan casi todo en nuestras sociedades. La
primera es la primacía de la publicidad, que nos obliga a comprar aquello que
no necesitamos, y a menudo incluso aquello que objetivamente nos repugna. El
segundo es el crédito, que nos permite obtener recursos para aquello que no
necesitamos. Y el tercero y último, la caducidad de los productos, que están
programados para que al cabo de un periodo de tiempo extremadamente breve, dejen
de servir, con lo cual nos veamos en la obligación de comprar otros nuevos.
autor: maryan escobar Manrique